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Arquitectos: Gui Mattos
- Área: 980 m²
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Fotografías:Carolina Lacaz
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Proveedores: GRAPHISOFT, MGK, MPM Ar condicionado, N.didini, Pedras Bellas Artes, Soal Esquadrias, Topseal
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Situada en Monte Mor, la casa de campo JSS con unos 980m2 distribuidos en sus dos plantas y anexos, es un agradable refugio familiar. Nacida de las restricciones y desafíos del condominio, la arquitectura busca resolver cuestiones como la cobertura, que debe seguir normas preestablecidas, y la preservación de la intimidad, dada la imposibilidad de construir muros. Estas premisas, junto con la atención a una mejor insolación y distribución de la casa en el generoso terreno, se convierten en combustible para transformar una fachada aparentemente común en un proyecto lleno de sorpresas.
A pesar del lenguaje tradicional de quien ve la residencia desde el exterior, al entrar, el residente se encuentra con una arquitectura contemporánea que impone sutilmente su presencia a través de nuevas proporciones y re-significación de los espacios. Los materiales, a pesar de ser fieles a una lógica tradicional: cimientos de piedra, aleros largos y presencia asidua de la madera, aportando una sensación acogedora, son también respuestas a la alta temperatura de la región.
En el interior, los extensos muros blancos del sector íntimo de la casa, sin adornos ni objetos decorativos, adquieren su propio ritmo a medida que avanzan, formando los volúmenes de las suites y retirándose a los balcones. En su cara exterior, se repite el proceso, pero añadiendo paneles muxarabi y seteras, que sirven de velo protector a la vista exterior y permiten una entrada de la luz diseñada, como sólo un muxarabi puede ofrecer.
A diferencia de esta línea, pero no demasiado lejos, se encuentra el patio resultante del hueco donde estaría la cumbrera del tejado, con su delimitación promovida por el anillo azul central que da al jardín. La forma y el uso se acentúan con la presencia de paneles de cobre oxidado. De un color análogo al de la vegetación dispuesta delante, los planos contrastan con el paisaje. Los pasillos, a veces abiertos, a veces cerrados por puertas azules pivotantes y cristales deslizantes, permiten una larga e interesante perspectiva del recorrido.
Siguiendo con este espacio, es importante decir que en este punto, esta casa también rompe con el concepto de casa tradicional de Brasil de los siglos XVI y XVIII, cuyas características principales son pocas aberturas, habitaciones oscuras y un área social en el centro de la planta. Aquí se construye un ambiente aireado y luminoso. El patio, punto de encuentro común para todos, es el espacio de respiración de la casa, de la visual y de la convivencia, garantizando una buena ventilación cruzada, enmarcando el paisaje y sirviendo de conexión a un nuevo plano de experiencia, recogido y reservado: el sauna y el gimnasio.
Por último, se pueden observar los anexos de garaje y gourmet, que siguen las mismas soluciones materiales y refuerzan el lenguaje horizontal de la casa. Ambos aprovechan el espacio para alargar y extender la experiencia a nuevas posibilidades visuales dentro de la trama.